Prócer do Paraguai, Fulgencio Yegros participou ativamente do movimento que, em 1811, transformou o país na primeira república independente da América do Sul, sendo seu primeiro presidente. Foi fuzilado dez anos mais tarde, já fora do poder, após um fracassado golpe de Estado contra o regime ditatorial de Rodríguez de Francia. - Foto:
Prócer do Paraguai, Fulgencio Yegros participou ativamente do movimento que, em 1811, transformou o país na primeira república independente da América do Sul, sendo seu primeiro presidente. Foi fuzilado dez anos mais tarde, já fora do poder, após um fracassado golpe de Estado contra o regime ditatorial de Rodríguez de Francia.
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Embora militar de carreira, Fulgencio Yegros vinha de família de larga tradição de conspirações libertarias. No Paraguay dos comuneros, das Missões e da resistência guarani, este homem maçou a história da nova nação com seu gênio militar e a dedicação à vida republicana. Caso tivéssemos um maior grau de articulação e a mesquinharia do patriciado criollo não haveria de ser tão maléfica para a América Latina. 

por Original por Fulgencio Yegros Semidei e Fulgencio Esteban Yegros Smith

Fulgencio Yegros nació en Quyquyhó, en el año 1780, era hijo del Tte. Cnel. José Antonio Yegros y de doña María Ángela Franco de Torres. Se casó con una de las celebres mujeres que acompañaron a los jóvenes insurrectos, durante el proceso de ge stación y ejecución del Golpe de Mayo de 1811, Doña Josefa

Facunda Speratti y Uriburu, más conocida como la "novia de la Independencia". El casamiento se produjo seis meses después de la declaración de la Independencia, pero la felicidad fue muy efímera, duró solamente nueve años, pues Fulgencio fue ejecutado el 17 de Julio de 1820, cuando apenas alcanzaba sus cuarenta años.

Pese a la corta duración del matrimonio Yegros Speratti, llegaron a tener cuatro hijos, Anunciación, casada con Pedro Vicente Moreno; Josefa Damaza, que no tuvo descendencia; Rómulo José, casado con Juana Ursula Urbieta Recalde, edecán del Mariscal Francisco Solano López, muerto en combate en la Batalla del Sauce en 1866 y Ángel Ignacio, soltero, padre de Adolfo Riquelme y de Cleto Romero

Fulgencio Yegros, estudió en el convento de San Francisco en Asunción, luego ingresó al Ejército, siendo uno de los escasos militares de carrera, su formación militar se basaba en la Ordenanza del Ejercito Español de 1768, vigente en América.

A los 21 años con el grado de Teniente, formó parte de la expedición enviada por el Gobernador Lázaro de Rivera y prestó servicios en el fuerte de San Carlos sobre el Río Apa, allí tuvo su primera experiencia de combate al producirse la agresión portuguesa de 1802.

Su segunda campaña militar data de 1807, formando parte del Ejército Paraguayo que participó en la defensa de Buenos Aires frente a las invasiones inglesas. En esa batalla Fulgencio fue herido y su comportamiento impresionó vivamente a sus compañeros de armas de la Provincia de Buenos Aires de quienes recibió su justiciero homenaje de respeto y admiración.

Estando en Buenos Aires durante su convalecencia, leyó los libros de táctica de Guibert y Falard aplicados en el ejército de Federico el Grande. Estos nuevos conocimientos transfirió a sus compatriotas camaradas, los futuros héroes de Paraguari y Tacuary.

Tres años más tarde (en 1810), ya era un experimentado Capitán. Con un escuadrón de caballería recorrió la ribera del río Paraná, en los alrededores de Paso de Patria, allí dispersó y destruyó asentimientos ilegales de correntinos, con lo que aseguró definitivamente los derechos soberanos del Paraguay en esa región.

La cuarta campaña la realizó en la batalla de Paraguari, en Enero de 1811 y en la rendición del Ejército del Gral. Manuel Belgrano en Tacuary. Según comentario de su bisnieto, el distinguido ex combatiente de la Guerra del Chaco, Gral. Div. Fulgencio Yegros Girola, es la culminación profesional del prócer y desde el punto de vista militar es un acontecimiento completo.

En efecto, la reacción se inició con la movilización de un pueblo convencido de la causa que defiende y esta se puso en evidencia en el instante en que el Jefe del Ejército en campaña, Brig. Gral. Bernardo de Velasco presintiendo un fracaso, abandonó a sus soldados, en plena maniobra. Mientras la tropa criolla, obedeciendo el clamor de la raza se aglutinó a las órdenes de sus jefes naturales y fue allí donde eclosionó la consigna que siempre estuvo latente en el alma nacional, sentimiento que tenía su propia fisonomía y un profundo sentido de paraguayidad. Con ese espíritu los jóvenes oficiales del ejercito nacional, decidieron entablar la lucha por su cuenta y obtuvieron la Victoria en las riveras del Tacuary, el 10 de Marzo de 1811.

Como corolario de la brillante actuación del Capitán Fulgencio Yegros, fue ascendido a Tte. Cnel. de Caballería. Fulgencio Yegros, vivió sus primeros años entre dos grandes revoluciones que conmovieron al mundo: La independencia de los Estados Unidos de Norte América y la Revolución Francesa, estos acontecimientos, hay que agregarle la tradición libertaria de su familia, que se remonta a su tatarabuelo el General Diego de Yegros que fue protagonista del movimiento comunero, a mediados del siglo XVII, con las huestes del Obispo Bernardino de Cárdenas y el de su Bisabuelo el General José de Yegros participante de la deposición del Gobernador Antonio de Escobar y Gutiérrez, a finales del siglo XVII, los cuales han influido poderosamente en sus ideales.

Es importante señalar, que Fulgencio no fue el único Prócer de su familia, pues le acompañaron tres hermanos más, el Capitán Antonio Tomás, el Tte. José Antonio Esteban y el Alférez José Agustín, además, los cuatro tomaron parte en las batallas de Paraguari y Tacuary y fueron congresales en Junio de 1811.

Habría que destacar otra curiosidad familiar, en efecto, de los 262 congresales de Junio de 1811, doce son descendientes directos y comprobados del matrimonio del General José de Yegros y doña Francisca de Ledesma Valderrama, bisabuelos del Padre de la Patria y padre del General Fulgencio Yegros y Ledesma Gobernador del Paraguay 1764/66; entre ellos, dos nietos y un bisnieto de Martín José de Yegros, hijo del Capitán Pedro Pablo Yegros y Ledesma e Isabel de Vera y Aragón, Francisco, Juan José y Raimundo Dávalos; los nietos de María de las Nieves Yegros y Ledesma y el Comisario General de Caballería Ignacio de Fleitas, los Ttes. Francisco Antonio de Fleitas, José Ignacio Fleitas, y los Capitanes, Juan Vicente Fleitas y Roque Antonio Fleitas Comandante de Quyquyhó (Cuñado de Fulgencio casado con su hermana María Tomaza); y por último, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, nieto de María Josefa Yegros y Ledesma y el Capitán Mateo Félix de Velasco.

A todos estos habría que agregar también a los descendientes de los hermanos del General José de Yegros, sus primos y parientes colaterales, como Juan Antonio de Montiel (Tío político de Fulgencio Yegros), y sus hijos Miguel Antonio y José Joaquín Montiel, y su yerno José Antonio Molas, el Girondino de la revolución, además de varios Gómez, Agüero, Franco de Torres, Rojas de Aranda, Penayos, y Otros. Como señaláramos, finalizada la campaña militar de Paraguari y Tacuary y dado el refulgente prestigio patriótico y profesional del Capitán Fulgencio Yegros, fue ascendido a Tte. Cnel. Sin embargo, el Gobernador Velasco temeroso de su ascendente autoridad, lo nombró Gobernador de los treinta pueblos de las Misiones, con asiento en Itapúa. Medida que resultó ser un tremendo error político, porque vino a fortalecer los gérmenes de reacción contra el régimen colonial, cuyo nacimiento y desarrollo se iba consolidando.

En efecto, el plan estaba trazado, Fulgencio Yegros y Pedro Juan Caballero, eran los responsables del movimiento revolucionario, los cuales tenían vínculos indisolubles forjados en la guerra y acrisolados en el dolor, eran parientes y leales camaradas, combatieron juntos en las batallas de Paraguari y Tacuary, por lo tanto el Capitán Caballero, sería su lugarteniente y en caso necesario, como efectivamente ocurrió, asumió el comando de las tropas libertarias, en ausencia de Yegros, quien tuvo que trasladarse a la sede de sus nuevas funciones en Itapúa.

La idea germinó en los campos de Tacuary, pero el centro de gravedad de la conspiración se ubicó en Asunción y se desarrolló con inteligencia, precisión y coraje, bajo los auspicios directos de la clase militar. Los patriotas se reunían secretamente en la casa de don Juan Francisco Recalde, adoptada como recinto oficial de los conjurados, en ella vivía el Capitán Mauricio José Troche.

En la noche del 13 de Mayo, se realizó una urgente reunión en la casa de Fulgencio Yegros (ausente), a ella concurrieron el Dr. Pedro Somellera, el Capitán Pedro Juan Caballero, acompañado de tres oficiales (entre ellos probablemente los Capitanes Juan Bautista Rivarola y Antonio Tomás Yegros y el Alférez Vicente Ignacio Iturbe) y el Presbítero Javier Bogarín. En esa reunión Somellera informó que el Cabildo aceptó el auxilio ofrecido por el Imperio Portugués. Antonio Tomás Yegros, manifestó que su hermano Fulgencio se encontraba pronto a concurrir al primer llamado. En la mañana del 14 de Mayo, por un pariente de Iturbe, el Síndico Procurador de la Ciudad don Juan Antonio Fernández, se supo del descubrimiento de la conspiración. Con base en dicha información y sin perdida de tiempo, esa misma noche los patriotas conjurados decidieron dar el golpe.

El Capitán Pedro Juan Caballero, se constituyó en el Comandante en Jefe del golpe, iniciado en la noche del 14 de Mayo, culminando triunfalmente con el Congreso General del 17 al 20 de Junio de 1811, en el que se instituyó el Primer Gobierno Nacional, mediante una Junta Superior Gubernativa presidida por el Tte. Cnel. Fulgencio Yegros.

La Nota del Cuartel enviada a Velasco, en la madrugada del 15 de Mayo, confirma la jefatura del Tte. Cnel. Fulgencio Yegros. En ella el Cuartel, intima al gobernador a que entregue la Plaza y todo el armamento, que el señor Gobernador siga con su Gobierno, pero asociado con dos Diputados de este cuartel y que serán nombrados a satisfacción del cuartel, mientras lleguen los demás Oficiales de la Plana Mayor de esta Provincia (cuya vez hace por ahora este cuartel)… Cuartel General, Mayo 15 de 1811. Firmado por mi y mis subalternos. Capitán Pedro Juan Caballero.

El Tte. Cnel. Fulgencio Yegros, no pudo estar presente el día del golpe. Sin embargo, cumplió a cabalidad su parte, y en la noche del 16 de Mayo apresó a todos los europeos de su jurisdicción, requisó las embarcaciones y emprendió la marcha hacia la Capital. En el momento de la partida, o por el camino, recibió el aviso del golpe y apresuró su marcha, al entrar a Asunción el día 21, a la altura de la actual Recoleta, fue recibido con salvas de artillería, honor reservado a jefes de estado y generales en jefe.

Su primera medida como Comandante en Jefe, fue proclamar el bando del 9 de Junio de 1811. Esta proclama se preparó, como respuesta a una conspiración promovida por un grupo de extranjeros con poderosos intereses, cuya intención era entregar la provincia a los portugueses. En ella se hace saber nuestra determinación de mantener buena armonía y correspondencia con todos los pueblos vasallos de Su Majestad Don Fernando VII…. y que, llegado el caso de ponerse en planta sus amenazas conocerán muy a su costa nuestros invasores, sean los que fuesen, un pueblo grande que ha tenido valor para recobrar su libertad y está empeñado en defenderla a expensa de su propia vida…..y manifiestan, que habiendo tomado a su cargo la seguridad y la libertad de los conciudadanos, para que puedan deliberar y resolver el partido que deban abrazar y juzguen mas conveniente por eso ha sido preciso tener por ahora suspenso en sus oficios y en un lugar de seguridad a don Bernardo Velasco.

Fecho en el Cuartel General de la Asunción del Paraguay, a nueve de Junio de mil ochocientos once. Firman, Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero, Antonio Tomás Yegros, Mauricio José Troche, Vicente Ignacio Iturbe, Juan Bautista Rivarola, Manuel Iturbe, Francisco Antonio González, José Joaquín León, Mariano del Pilar Mallada, Blas Domingo Franco, Agustín Yegros, Pedro Alcántara Estigarribia.

El soberano congreso del 17 de Junio de 1811, lo ungió como Primer Presidente de la Junta Superior Gubernativa, y como tal era Capitán General de Armas. Esta Junta actuaba como un poder colegiado, que aunque provista de las atribuciones políticas y judiciales correspondientes a los antiguos gobernadores, en la nueva patria, la máxima autoridad era el Congreso, en el que radicaba la soberanía del pueblo. Formaban parte de la misma, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, el Capitán Pedro Juan Caballero, el Dr. Fernando de la Mora y el Presbítero Francisco Javier Bogarín

Este es el primer gobierno de la República y su gestión ha de prolongarse hasta el Congreso de 1813. Proficua, importante y de hondo contenido patriótico, resulta ser su labor en diversos órdenes de la actividad nacional.

Las primeras medidas adoptadas por la Junta Superior Gubernativa, responden a la política diplomática del Paraguay. Dos importantes documentos respaldan esta línea de acción, el primero se trata de la nota del 20 de Julio de 1811, dirigida al Gobierno de la Confederación de Buenos Aires, que en opinión del Dr. Efraín Cardozo es un verdadero Plan Federal; y el otro se refiere al Tratado del 12 de Octubre de 1811, que es un plan de defensa mutua con las Provincias hermanas, especialmente con la de Buenos Aires.

El periodo revolucionario duró apenas tres años, pero a pesar de ser breve, fue determinante en la historia paraguaya y americana, en ese lapso ganó su independencia y sustentó principios trascendentales que hoy forman parte de su derecho constitucional y del derecho público americano. La madurez cultural del Paraguay al final del periodo colonial, permitió asimilar teorías políticas, hasta entonces sin aplicación práctica en América del Sur.

Los próceres que formaban parte del Gabinete Presidencial de Fulgencio Yegros, fueron los precursores de estas corrientes del pensamiento político contemporáneo. Puede afirmarse sin lugar a equívocos, que este periodo de la historia paraguaya tuvo repercusiones ideológicas revolucionarias, gracias a la vocación democrática del pueblo paraguayo y a la capacidad intelectual de sus líderes, que con justicia conquistaron el titulo de "Padres de la Patria".

Otras medidas trascendentes de este gobierno fueron, en primer lugar, la solicitud al Gobierno de Buenos Aires la devolución de los expedientes judiciales en poder de la Audiencia de esa Ciudad, para su consideración por la Junta Superior Gubernativa, con lo cual se consagró la independencia judicial y por ende también la política, del antiguo Virreinato del Río de la Plata; en segundo lugar, cabe señalar otra importante medida, que se refiere a la supresión del cargo de sub-Delegado de la Inquisición, cargo que dependía del Tribunal de Lima. Con esto se consumó la Independencia Religiosa. Otra importante medida adoptada por este Gobierno se refiere a la abolición de la esclavitud.

Pero sin lugar a dudas, la medida mas trascendente del Gobierno presidido por el Brigadier General Fulgencio Yegros, se trata de las innovaciones en materia de gobernabilidad, especialmente en el orden interno, las cuales se refieren a la instauración del Gobierno democrático y republicano, entendido como gobierno temporal no vitalicio, ni hereditario y de libre acceso a todos los ciudadanos hábiles, a los Poderes del Estado.

El Gobierno establecido por los próceres se basaba en la democracia. La Junta Superior Gubernativa, integrada por Yegros, Caballero y Fernando de la Mora, el Dr. Francia había renunciado y el Presbítero Bogarín estaba suspendido, pusieron a consideración de la patria, el Bando del 6 de Enero de 1812. Documento que sintetiza la ideología de los próceres y constituye su plan de gobierno, dicho sea de paso, guarda hasta hoy bastante actualidad.

El texto manifiesta, que el poder radica en la soberanía del pueblo y como tal el Congreso General es la máxima autoridad, tiene autonomía y goza de libre expresión. Para la designación de los Diputados se instituyó el sufragio universal como derecho inherente a la ciudadanía. Todo esto encaminado "al goce de los inmanentes y augustos derechos del hombre y tranquila posesión de los naturales títulos de la Propiedad, Libertad y Seguridad, sobre cuyas firmes columnas posan y funcionan los Imperios y Repúblicas de este globo", según se lee en el Bando del 6 de Enero de 1812.

A través de este mismo instrumento público, es posible admirar como en tan corto tiempo, el Gobierno presidido por el Gral. Fulgencio Yegros, fue capaz de impulsar la instrucción pública y la educación superior, la apertura de la Sociedad Patriótica Literaria, la reapertura de la Cátedra de Latinidad en el Colegio de San Carlos, el proyecto de creación de la Facultad de Matemáticas y además, iniciaron las gestiones para la adquisición en Buenos Aires de una imprenta y de la biblioteca que había pertenecido a Mariano Moreno, el prócer argentino recientemente fallecido.

En el campo militar ocurría un hecho similar, la Junta Superior Gubernativa decide crear una Academia Militar en el Cuartel, pues sostenían los próceres en su Bando, que los jefes militares más se sostienen con la autoridad moral y con el buen uso de los conocimientos científicos que con la fuerza y el poder de sus armas.

En el mismo documento, se propugna el fomento de la agricultura, el comercio, la industria y la libre navegación de los ríos, en la cuenca del Plata. En una palabra, estos próceres fueron los precursores del MERCOSUR, lo confirman, la letra y la firmas que suscriben dichos postulados, reitero en enero de 1812, o sea 179 años antes que el actual firmado en Asunción en 1991.

Un capitulo especial, es el referente a la necesidad de concertar y concordar con las provincias vecinas una gran alianza federativa, para colaborar entre las mismas y defenderse de las invasiones portuguesas y la presión de los porteñistas, pero dejando en claro el respeto a la libre determinación de cada una de ellas.

No se descuidó tampoco la necesidad de iniciar la apertura de caminos y obras de infraestructura para el desarrollo, tal es el caso de los planes para hacer navegables los ríos de manera que estos sirvan de vía de transporte de los frutos de las Villas y Pueblos de la rivera.

Finalmente hay que remarcar la increíble visión de estos patriotas al señalar la preocupación por la conservación de los yerbales, que según decían, insensiblemente se van agotando y retirando por incuria en los beneficiarios que los dejan desmejorados y destruidos debiendo retoñar y reproducirse a los dos o tres años. De esta manera, los próceres se estaban adelantando a lo que hoy es ya una necesidad impostergable, si es que queremos seguir viviendo en este planeta.

Otro documento importante preparado bajo el Gobierno de Yegros es el Bando del 19 de Junio de 1812, que trata de la política interna de la república, en ella hacían saber al pueblo que estaban informados de las conspiraciones y descontentos de pequeños grupos de ciudadanos por un espíritu de aspirar el bastón de mando, honor que nos ha entregado el voto uniforme del pueblo y afirmaba que " los hombres que no reconocen la razón y la moderación y que no respetan las leyes, ni miran por su posterioridad, no son dignos de morar entre nosotros", en otra parte afirmaban, "queden al fin advertidos que jamás procederemos por noticias vagas o verosimilitudes remotas. Nos afianzaremos de la verdad, como corresponde, antes de emplear el rigor", hay otros apartados también muy importantes en dicho Bando, pero con estas dos citas bastan. El documento esta firmado por Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora y suscrito por Mario Larios Galván secretario.

Hay un lema que si bien no figura en los documentos oficiales, quedó profundamente grabado en el alma nacional y posteriormente adoptado como lema del Ejército, gravado en el acero de la espada del oficial paraguayo, símbolo de su honor militar, que se documenta en los oficios del 7 y 13 de Enero de 1812, en la que el Gobierno de Buenos Aires la comunicaba a nuestro Gobierno la invasión portuguesa del Uruguay y solicitaba el socorro mediante el envío de un ejercito armado a fin asegurar la victoria.

El Gobierno presidido Yegros, contestó que "los paraguayos están convencidos que no deben sobrevivir a la ignominia de verse supeditados y tiranizados por dominaciones extranjeras y como tal, han jurado defenderse hasta los últimos extremos, sepultándose en sus propias cenizas, antes que rendirse, y que no salgan de sus labios sino generosas protestas de Vencer o Morir por la defensa del suelo americano. Hoy es el lema augusto del Ejército Nacional, aplicado en la diagonal de sangre en la guerra de la Triple Alianza, desde Humaitá hasta Cerro Corá y en la Guerra del Chaco de Boquerón hasta Charagua. Esto documento también esta firmado por el Gobierno del Tte. Cnel. Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora, Mario Larios de Galván secretario.

El 22 de Abril de 1812, el Gobierno presidido por el General Yegros lanza un histórico Decreto, cuyo texto decía " Debiendo ser memorables en esta provincia los días 15 de Mayo y 20 de Junio, el primero por haber sido el de la CONQUISTA DE NUESTRA NATIVA LIBERTAD OPRIMIDA CERCA DE TRES SIGLOS; el segundo por la instalación del Gobierno Patriótico que se exigía por la unánime reclamación del Congreso de toda ella: hemos determinado que para PERPETUAR LA MEMORIA DE TAN FELICES Y GLORIOSOS ACONTECIMIENTOS, SEAN DIAS DE TABLA Y GALA, AHORA Y SIEMPRE", firman del Decreto, Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y Fernando de la Mora. De conformidad con esta disposición, se realizo el primer festejo, el 15 de Mayo de 1812. Según crónica de la época "después de las oraciones hubo salva de artillería, se enarbolo el pabellón tricolor, hubo música en la plaza, se iluminaron las calles y en cada media hora se disparó un cañonazo en la plaza toda la noche del 14, hasta el sol del día 15

El soberano Congreso, el 30 de Septiembre de 1813, le confirió el grado de Brigadier General del Ejército de la República. El 12 de Octubre de 1813, bajo su presidencia, el Congreso por su soberana sentencia, cambio el nombre de Provincia por el de República del Paraguay, llevando esta suprema decisión implícitamente la declaración de la Independencia. Ese mismo Congreso transformó el Gobierno, adoptando la forma consular, se dejó definitivamente de lado la relación con la Corona de España y se rompieron los últimos lazos de unión con Buenos Aires.

El Congreso de 1814 establece la Dictadura Temporal, por cinco años, a cargo del Dr. Rodríguez de Francia. Con esto, termina la vida pública de Fulgencio Yegros quien se retira a su estancia "Santa Bárbara" en Quyquyhó.

Esta sucinta relación nos señala el camino para conocer la ideología y la pasión patriótica de Yegros y de sus compañeros de Gobierno, y nos demuestra que los heroicos soldados de Paraguari y Tacuary, los revolucionarios triunfantes en mayo de 1811, tenían madera de estadistas y preocupación cultural, y eran capaces de gobernar en libertad, con respeto de los derechos de todos y de cada uno.

Fulgencio Yegros fue fusilado el 17 de Julio de 1821, aquel día aciago, al decir del Dr. Carlos R. Centurión, "Cayó este soldado leal y Patriota sin mácula, amante de la libertad para los de abajo, con la magnitud de una fuerza que había cumplido su destino".

Original por Fulgencio Yegros Semidei e Fulgencio Esteban Yegros Smith, tataranetos do Prócer Fulgencio Yegros, fonte: simon-bolivar.org

Pesquisa feita por Murilo Zardo

Revisão de Bruno Lima Rocha

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